Ka’kau fue el nombre original que los mayas le dieron a lo que consideraban una planta mágica. Utilizado en rituales, como ofrenda a los dioses, en ceremonia matrimonial y como bebida para compartir en círculos chamánicos, el cacao representaba lo divino en las culturas de Mesoamérica. El mito maya de la creación decía que Dios hizo al hombre del maíz, y luego una “serpiente emplumada” les ofreció cacao para beber y convertirse en humanos con toda la sabiduría de la naturaleza.
Los primeros colonialistas no tardaron en ser testigos del poder que tenía el cacao en las tradiciones indígenas. Una vez que reconocieron el valor intrínseco de la planta, comenzaron a usarla como moneda, trayendo sacos de granos de cacao a través del océano para servir a los aristócratas y la realeza de España y, más tarde, a toda Europa. Aunque al principio no les impresionó la amargura de su sabor, pronto descubrieron que mezclarla con azúcar hacía que la bebida estimulante fuera mucho más atractiva para los ciudadanos del Viejo Mundo.
El nombre botánico que recibe el árbol del cacao es Theobroma Cacao, que en griego significa literalmente: Cacao Alimento de los Dioses.
Una ceremonia de Cacao en el mundo moderno es una oportunidad para que nos reunamos en un círculo y creemos un espacio para la investigación personal y la transformación profunda. Usando el Cacao como un catalizador para guiarnos a través de un viaje interno, la sabiduría de la planta medicinal nos ayudará a clarificar nuestro lugar en este mundo, nuestra relación con la naturaleza y la dirección de nuestros próximos pasos.
Cada ceremonia es única y reúne a la constelación adecuada de personas que crearán el círculo. Mantenemos el espacio unido, dejamos que suceda la magia y confiamos en el poder curativo de la planta para dictar el ritmo. El cacao utilizado en la ceremonia puede ser una experiencia muy terapéutica, permitiéndonos profundizar en nuestro trabajo personal. Sus efectos suaves pero profundamente poderosos nos llevan a involucrarnos más profundamente con nuestras emociones y conciencia, revelando una apertura y sensibilidad expansivas que nos ponen en contacto con nuestra sabiduría superior y el maestro dentro de nosotros.
La sutil medicina del cacao encenderá tu intuición, creatividad y poder interior, y te guiará a través de cada paso del viaje, permitiéndote recibir sus dones.